-Consultas al Admin-
2 participantes
Página 1 de 1.
-Consultas al Admin-
Hay algunas personas que quieren preguntarme un par de cositas, tanto de los post que van a publicar, como de las dudas que quieren resolver. Pues bien, creo aquí este espacio para todos aquellos que quieran que les revise los "post" antes de que los publiquen, obviamente, si quereis privacidad, tendreis que ponerlo en "Spoiler" para que solamente yo lo pueda ver. ¿Entendido? Es para no estar con tanto MP.
Un saludo a todos los usuarios
.Un saludo a todos los usuarios
Re: -Consultas al Admin-
- Sapor I, pergamino:
Seelie se hallaba entretenida con una Pixie, que merodeaba a su alrededor cual mariposa, brillando y cantando para alegrar a su Reina cuando una de las ninfas que la reina tenía por costumbre tener como si de su doncella se tratase, entró con paso lento y firme, antes de entregarle un pergamino ensuciado de tierra y sangre a esta.
La Reina, que empezaba a acostumbrarse a los desvelos de la humanidad ante tal mal gusto como el de la rudimentaria escritura, el cual empezaba a embelesarla, le hizo señas a la ninfa para que lo leyera en voz alta:
En nombre de mi padre, Ardashir I, os doy las gracias, mi reina, por haber accedido a hacer voluntad mis deseos y haberme entregado a Valeriano, pese a que el precio haya sido más de lo acordado. Casshae y Nisibis ya no me pertenece, como tampoco pertenece a ellas sus habitantes ya. Espero que sobre vuestra conciencia caiga sus vidas antes de que llegue el final de la mía.
Sapor I.
- Richard Schulze:
- Era de conocimiento público entre el mundo feérico que Nicnivin y Seelie no se llevaban bien, aunque nadie llegaba a conocer tal motivo, sobre todo si se miraba desde afuera, pues la una protegía a la otra como si de su propia sangre se tratase. Cosa que Nicnivin no negaba. A su vez, si tenemos en cuenta la incapacidad de las hadas a mentir, se podría llegar a creer que las reinas de ambos bandos se llevaban mejor de lo que cualquier contrincante humano podría llevarse con aquel que amenazaba algún día arrebatar su trono y destruir todo cuanto había creado.
El humano, que se encontraba constatando por escrito todo cuanto Seelie hacía y le decía, pensaba en el entramado pensamiento de la raza a la cual su vida ahora pertenecía. Llevaba más de tres años en una esquina del Shea, el palacete natural en el que vivía la reina de la corte de la luz, por cuando dejó de contar el tiempo, cuando empezó a sumergirse en el mundo de fantasía con que todo ser humano soñaba de pequeño, y que él, de adulto, había conocido… y odiado. La belleza y elegancia de las hadas, ninfas y demás componentes de la corte, a quienes veía entrar y salir día tras día, era lo único que lo mantenía con vida. Pues aunque hacía tiempo que había dado por perdida su vida, conociendo lo más oscuro y temible que podría existir jamás, también persistía la idea de poder conocer lo más bello, lo más hermoso. El sueño de cualquier escritor.
Richard Schulze, en el deseo de conseguir hacerse uno de los escritores más reconocidos de su época, perdurando su memoria a lo largo de los siglos, se encontró pidiendo a un hada que le concediera un deseo, antes de que esta lo llevase a su reina, movida por el impulso de entretenerla con el osado humano. Él solo quería encontrar esas cosas con las que los escritores, sus predecesores, habían soñado y redactado. Esa belleza que ansiaba existir en alguna parte oculta e inaccesible del mundo, alguna de esas cosas que nadie presta atención, pero que en realidad existe. Quería conocer el mundo oculto a los ojos de los incultos.
Y Seelie le concedió ese deseo. Era libre de irse cuando hubiese conocido cada rincón de esas existencias que jamás había oído ni visto jamás, pero tal como el hada le avisó, ni él junto a todos sus descendientes podrían jamás conocer y entender todo cuanto les habían escondido, pues la mente de un humano jamás podría llegar al nivel de poder comprender los motivos que mueven al restante de seres, tanto de la tierra como del cielo. Richard se rió mentalmente de eso, pensando que la Reina ignoraba el hecho de que él era un escritor, y que su imaginación y su tolerancia iban más allá de los límites de los demás de su propia especie. Pero ahora, años después de haber hecho ese trato, empezaba a darse cuenta de su error, de no querer haber deseado aquello jamás, no haber hablado con la reina, ni haberse dedicado en cuerpo y alma a sus escritos. Escritos que empezaban a ahogarle. Que le habían vendido, y le habían distanciado de sus seres queridos, seguramente, hasta que su vida acabara por consumirle a él.
- Los secretos de Rhoswen:
- De la noche a la mañana, Rhoswen, -una napea de cuerpo femenino, cabello color olivo que clareaba a un verde intenso en las puntas, piel marrón y las extremidades terminadas en finas fintas parecidas al de las raíces de los árboles- quien era la mano derecha de la reina, apareció con un pequeño elfo, a quien constantemente la reina cuidaba. Me preguntaba si era hijo suyo, pues por lo que sabía las ninfas de su tipología normalmente tenían una pareja estable y les eran fieles, sin embargo, nunca había oído comentar que Rhoswen tuviera pareja ni noté que estuviera embarazada. Aunque tampoco sabía cómo concebían a sus hijos y los engendraban las distintas razas feéricas. No importaba cuanto viviese entre las hadas, jamás podría conocer todo lo que conformaba su cultura. Era un hecho.
La Reina misma fue quien le puso nombre al pequeño: Terhat. No quise preguntar, pues por lo general me mantenía en silencio en la distancia, que era lo que me convenía, pero de seguro el nombre tenía algún significado en clave para Seelie.
Terhat, como los demás elfos que había visto por el Shea, tenía las orejas puntiagudas, y la estructura de su cuerpo se asemejaba bastante a la de los humanos. Aunque su pequeño rostro tenía marcas circulares, como finas líneas que deberían conformar sus cejas, y sus ojos eran de un inhumano color azul, así como su cabello de un marrón dorado que a veces parecía brillar, y que las partes doradas de su cabello cobraban vida propia, emergiendo luz. Algunos de sus rasgos me parecían raros, como el que su cabello, liso, fuera tan oscuro, cuando los demás elfos que había podido ver solían ser rubios; casi blancos; azulados; marrones, sí. Pero siempre claros.
Él por lo general parecía un niño normal, al que le gustaba jugar con las pixies, que siempre revoloteaban a su alrededor… hasta que miraba a alguien con sus inquietantes ojos y esos se volvían blancos. Tan blancos que se podría decir que era como la luz del sol. Era cosa de mal augurio, aunque siempre estuviese Rhoswen o Seelie para cogerlos en brazos y devolver el estado poco natural de sus azules y gélidos ojos. Si aquello parecía inquietar a la propia reina, era mejor no saber de qué era capaz el pequeño elfo.
Seelie- Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 22/07/2013
Edad : 1824
Re: -Consultas al Admin-
Una consulta, según tu escrito en el foro, shil, los ángelesde luz, ... Comen almas? Vale independiente mente del hecho de que sean bondadosas o sean fuerzas del bien... Con todas las almas que van al cielo... Por que más? Y no me digas que eso les hace ascender... Porque me parece contradictorio.
Invitado- Invitado
Re: -Consultas al Admin-
Antes de nada, por favor, escribe con el color blanco porque no se lee casi nada. Y respondiendo a tu pregunta:
Los ángeles celestiales (o blancos) quieren las almas de los humanos simplemente para que no las tengan los caídos. Verás, los caídos necesitan almas para canjearlas para poder obtener poder, e incluso convertirlas en demonios a los que poder controlar y obligar a luchar contra los ángeles. Los blanquitos, simplemente quieren que las almas sean puras e inocentes para que nunca sean instruidos en el arte del combate, y con esto conseguir además el llamado equilibrio. Si unas almas van para el infierno, el mismo número (o más) deben de ir al cielo.
¿Responde esto a tu pregunta?
Los ángeles celestiales (o blancos) quieren las almas de los humanos simplemente para que no las tengan los caídos. Verás, los caídos necesitan almas para canjearlas para poder obtener poder, e incluso convertirlas en demonios a los que poder controlar y obligar a luchar contra los ángeles. Los blanquitos, simplemente quieren que las almas sean puras e inocentes para que nunca sean instruidos en el arte del combate, y con esto conseguir además el llamado equilibrio. Si unas almas van para el infierno, el mismo número (o más) deben de ir al cielo.
¿Responde esto a tu pregunta?
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|