Angelology
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

-La triste soledad-

Ir abajo

-La triste soledad- Empty -La triste soledad-

Mensaje por Shílveorth Lun Jul 22, 2013 9:10 pm

Otro día más en aquel tedioso lugar. Las almas vagaban sin rumbo, condenadas a no poder obtener el descanso eterno, ni el acceso al cielo o al infierno. No hacía ni frío ni calor, todo estaba completamente en calma. Era una zona completamente neutral, pero en la que siempre había conflictos ya que, todas las criaturas iban allí para lo que llamabamos "recolectar en últimatum". Los ángeles, tanto de la orden celestial, como los caídos, traficaban con almas para ganarse su puesto y poder. Cuantas más almas recolectabas, más posibilidades de obtener poder tenías. Pero no sólo era el poder lo que muchos ansiaban. Muchos caídos y demonios ansiaban la entrada en el reino de los cielos, a pesar de que su condición no se los permitía. Todas las leyes estaban escritas: Los ángeles caídos nunca podrán ascender al reino de los cielos por cuenta propia, salvo que se tenga el suficiente valor y poder como para poder enfrentarse a las hordas del bien. Los demonios, por el contrario, podrían optar al ascenso ya que, al haber nacido en el infierno, o ser almas condenadas a vagar por el ardiente infierno, no habían traicionado a la voluntad divina, lo cual hacía más "fácil" el acceso al cielo. Las almas era la principal moneda de cambio para todo. Eran lo más cotizado entre los ángeles de ambos bandos y los demonios. El resto de criaturas simplemente miraba el espectáculo o se unían a él.

En una de las grandes llanuras se iba a librar una pequeña disputa por el control sobre un selecto grupo de almas provenientes del tsunami de Japón, y yo estaba disfrutando de lo lindo con aquella escena. Por un lado, un grupo de seis ángeles celestiales, y por el otro había solo un ángel caído. La desventaja era visiblemente notable.

-Estas almas serán nuestras, digas lo que digas -gritó uno de los ángeles.
-Por encima de mi cadaver, maldita escoria -respondió el caído, apretando con fuerza los puños y colocándose en posición de combate.
-Estás tú solo, no vas a poder contra todos nosotros -otro de los ángeles desembainó su espada y apunto al cuello del caído. Se estaba empezando a poner interesante la cosa.
-¿Creéis que me rendiré con tanta facilidad? Cómo se nota que no andais mucho por estos lares, blanquitos. Estas almas... Son mías... -se descolgó el hacha de la espalda y se preparó para combatir.
-Esto se pone interesante... -susurré para mi mismo en la parte alta de la colina-. Veamos como acaba esto...
-¡Os mataré a todos!

Tras decir esto, el caído se avalanzó sobre los otros ángeles, pero no tuvo mucho éxito ya que, no sólo le superaban en número, sino en habilidad de combate. Uno de lo ángeles, tras ver el primer paso del caído, no tardo ni dos segundos en desembainar su espada y cortarle los tendones de ambas piernas al caído. Este cayó al suelo en plancha, derramando una cantidad considerable de sangre. Esto hizo que me entraran una ganas tremendas de ayudarle, y no dudé en hacerlo. Después de todo, no había nada más interesante que hacer. Alzé mi espadón, abrí mis seis grandes alas negras, y me avalancé sobre ellos, con ansias de sangre.


-Ya sois mios...
Shílveorth
Shílveorth
Admin

Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 09/07/2013
Edad : 32

https://angelology.activo.mx

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.